residencia altruista.

Vas caminando por la calle en una solitaria noche. Ha sido un día muy aburrido. Como todos los demás de tu existencia. No tienes nada que hacer. Te topas con un club social “exclusivo”, avientas una de tus bombas caseras adentro y esperas que salgan los trofeos. 1-2-3-4 cráneos, nada más. Tomas uno y sigues caminando. De pronto te encuentras con un ciego pidiendo limosna y le das el cráneo diciéndole que es comida. Él empieza a devorarlo. Tú estas satisfecho, has hecho algo bueno. Terminas con la miseria de unos y ayudas al necesitado.