prospera Navidad

Es Navidad, el frío invade tu cuerpo y produce un dolor irresistible en tus débiles huesos. Te encuentras en un callejón oscuro y solitario como todos los demás. Hurgando la basura en busca de alimento para proveerte de algunas horas más en esta pútrida existencia. Todas las familias que alcanzas a divisar a través de las ventanas se encuentran alrededor de una mesa disfrutando de la comida y de las bebidas. Pero tu estas mejor en comparación con ellos, estas solo. Un grupo de hipócritas que se odian pero intentan llevar el estereotipo de la familia “unida”. Tu vida nunca fue así. El odio que llevas en tu duro corazón hace que los repudies. Tanta hipocresía, materialismo e idiotez te enferma. En realidad saben que se odian, pero este día no lo quieren reconocer. Encuentras algunos huesos con un poco de carne. Míseras, sobras de los imbéciles que tienen sustento. Te alimentas y te sientas en la esquina del callejón, sobre las bolsas de la basura, esperando que el frío endurezca tus pulmones y mueras lentamente.