Crabs el cerdo verrugoso IV

Crabs había adquirido autoridad en el chiquero, ahora los puercos lo respetaban y hasta lo dejaban fumar de su hierba personal. Todo iba muy bien hasta que intentó instaurar una dictadura en la granja. Quiso adoptar la imagen de Adolfo Hitler, por lo que se metió una rama de trigo por el ano y se pinto un “bigote” arriba del hocico. Él y sus cerdos ahogaban a los patos y a los gansos en el lodo. Abusaba sexualmente de las gallinas y arrancaba a mordidas las crestas de los gallos. Poco a poco generó terror en la granja, era la autoridad máxima. Los animales perjudicados planearon asesinarlo. Formaron un grupo y se rebelaron, con un trinche le atravesaron las patas traseras y con un pica-hielos sacaron sus ojos. Tomaron un hierro, lo pusieron a calentar y con este atravesaron a Crabs desde el culo hasta que salió por su nariz. Reunieron botes de gasolina y lo quemaron mientras agonizaba.