Crabs VII

El granjero fue a la ciudad, y decidió llevar al pestilente de Crabs. En la ciudad el granjero fue a una casa de prostitutas, mientras que Crabs deambulaba por las calles. En una esquina, encontró a una persona que vendía boletos para una rifa. Crabs lo vio y lo embistió, el pobre individuo cayó y Crabs le robó un boleto. Regresaron a la granja, pasaron los días y el boleto de Crabs fue el ganador. Crabs empezó a regalar dinero a todos los animales para que lo apreciaran y convivieran con él. Los animales empezaron a enriquecerse y Crabs a empobrecer. Los animales volvieron a despreciarlo. Nuevamente lo consideraron una peste y lo corrieron de la granja. Crabs llegó a la ciudad y empezó a vagar. En la calle, un viejo lo observó de reojo y posteriormente clavó su mirada en él y recordó que ese putrefacto credo lo había embestido. Lo llamó célebremente y Crabs corrió con alegría, pero el viejo escondía un palo. Cuando Crabs se encontraba cerca del viejo, este le pegó y lo mató a patadas hasta que los ojos de Crabs se desorbitaron y quedaron en blanco.

1 Escupitajos:

Anonymous Anónimo escupió...

O_O

8:38 p.m.  

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