residencia esquizofrénica.

Estás sentado en un salón, en una reunión, la gente te rodea y tú los desprecias. Te sonríen y les respondes. Pero en tu cabeza imaginas que los mutilas. Los imaginas sufriendo, es lo único que te mantiene fresco. Tomas un poco de alcohol, tus pensamientos positivos se alejan y empiezan a cambiar. Te paras y empiezas a dialogar y bailar con los demás. De pronto despiertas y estas envuelto en una cobija de sangre, pero no es la tuya. Tus compañeros están en el piso, un rió de sangre y de vísceras te rodea, pero no te causa repulsión y no recuerdas lo que sucedió, te sientes bien y el deseo de sufrimiento ajeno se aleja de tu mente.