residencia de regreso.

Tienes en tu brazo una jeringa, el elixir fluye por tus venas, tus ojos se ponen en blanco. Imaginas a una familia, felicidad y amor. Lo disfrutas. Todo termina. Te encuentras de nuevo en la basura. Tu medicina se ha acabado y tienes que continuar tu miserable vida. Caminas y todos se tropiezan contigo, eres un estorbo, una basura mas en este campo de mierda en el que la esperanza se acaba poco a poco, como una botella de alcohol, un cigarro.