Sentado, perdido. Sin tener en que pensar. Fumando. Intentando divagar. Pero las ideas no fluyen. Siento una ráfaga hacia mi cabeza. Despierto y me encuentro en el piso con la nariz sangrando. Entro al baño y decido curar mi nariz. Y para el molestar decido tomar dos preciados ruffus y salgo por un trago a la calle. Día amargo y sin sol. La sombra oscurece en mi camino. Llego al bar y bebo dos cervezas. He ubicado a mi presa. Al fondo te encuentras, dulce, irradiante y exótica. Bebo dos tragos más y me acerco a ti. Bebemos, fumamos y nos largamos. Pronto nos encontramos en tu departamento con un playboy y todo se vuelve un frenesí. Un éxtasis. Pasan las horas y despierto. No te encuentras. Ni una nota, nada. Decido salir a la calle y fumo un poco. Tan pronto llego a mi casa tomo dos ruffus y me duermo. Despierto y todo parece un sueño. Quisiera saber cual es la diferencia entre la realidad y mi imaginación.